sábado, 8 de febrero de 2014

Con mi maleta: el reencuentro con mis raíces.

Quedaba poco para terminar el verano, cuando mi pareja me sorprendió hace cosa de un año y poco más, con unos días de fiesta (cosa rara rarísima que disponga de vacaciones) y con una escapadita "low cost" allí donde más me apeteciera. 


Con estos ingredientes en la coctelera y con lo bonita que es España, lo primero que me vino a la mente es ir en búsqueda de mis raíces, visitar tierras aragonesas y castellanas, puesto que hacía muchos años que había estado allí y casi ni las recordaba. Además, la ocasión bien lo merecía, mi 30 cumpleaños no se celebra todos los días y esta fue una forma diferente de estar "junto a los míos" y conocerlos un poquito más.

Tengo que decir también, sobretodo para aquellos que me conocen, que mi padre era catalán, y el catalán se casó con una aragonesa de pura cepa, pero sin embargo su apellido es más castellano que la morcilla, o que las torrijas, o la cecina, o la sopa de ajo, o las yemas de santa Teresa, o la mantequilla de Soria, o que las migas de pan, o...vale! ya paro, que al final va a parecer otro post de recetas...

En resumidas cuentas, que pusimos rumbo a Teruel y Soria, ahí van más cachitoschicosdemí:

Algunas imágenes tomadas de Teruel capital

Si señores, Teruel existe, y vaya si existe, es ideal para escapadas románticas, buen comer, calma y relax. En un solo día  visitamos las principales atracciones turísticas, y es que es una ciudad muy pequeña, en ello radica parte de su encanto, pero también tengo que decir que en éste collage que os he hecho con mis fotos, faltan muchos más rincones de la capital, como por ejemplo su catedral y el retablo gótico, las dos torres mudéjares (aquí sólo os ilustro con una), la plaza de toros, etc.



Alguna pregunta sobre alguna de las fotos? si, supongo que si, estaréis pensando: y la foto del descampado? pues si, me pareció muy llamativo puesto que una vez fuera de la capital poniendo rumbo a cualquier parte, encontramos la nada (esto nos parece curioso para aquellos que vivimos en las grandes aglomeraciones de la ciudad, pueblos apiñados, gente a cualquier hora del día, muchos coches, centros comerciales, polígonos, ruido y más ruido...).

Fuimos dirección Albarracín, pero que el paisaje no os engañe, al final del camino no caeréis por un precipicio y os perderéis en el vacío, tranquilos, cuando lleguéis a Albarracín alucinaréis con el contraste, porque de pronto aparecen árboles, ríos y vida! maravilloso...me encantan los contrastes. Así que lo dicho: buena comida, buena gente y buen ambiente, clima agradable y seco en verano (de agradecer para los que venimos de Barcelona, acostumbrados a veranos infernales de bochorno y humedad insufribles), fresquito por las noches, relax, para ir en pareja y mejor con vuestro coche para visitar los alrededores... pero ojo cosmopolitas! los alrededores no se distancian por un par de polígonos, mentalizar-os de que puedan pasar horas de pueblo habitado a pueblo habitado sin una triste gasolinera por el camino.

Dicho esto y sin olvidarme de mencionar que no pretendo ofender o ridiculizar a nadie ni a nada, insisto, todo este blog parte desde mi humilde experiencia y opinión, me quedan más cosas que contar-os sobre este viaje tan bonito a mis raíces que ya os contaré en otra ocasión, jeje, es tarde y esto es todo por hoy, to be continued...

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